TRIATLÓN C DE ELCHE-2008

El dia amanecia apacible. Previsión de buen tiempo, calor y mar tranquilo. Estas expectativas se cumplieron. Con buenas sensaciones nos dirigimos a la salida (después de esas estúpidas cámaras de llamadas, que yo creo que hacen para tener al rebaño recogido).

Era un circuito donde las boyas se veian (se intuian, más bien) muuuy lejos. Eran dos vueltas de 2000 metros en una especie de triángulo de base muy ancha. Sin complicaciones y con mucha calma (habia mucha carrera por delante) me tiro al agua y empiezo a nadar. Sin golpes o apretujones molestos, excepto los necesarios.

Esta vez si llevo el reloj. Al finalizar la primera vuelta miro el crono, 40 minutos y algo. Bueno, para mi nivel de nado no está mal. No es para tirar cohetes, pero he nadado sin sensación de haber apretado ni pasar agobios por llevar ritmos altos. La segunda vuelta pienso en apretar un poco más a ver si puedo salir por debajo de 1h 20. A pesar que creo que apreté, la vuelta fue más lenta, aunque sali en 1 h y 22 minutos. Tengo que mejorar el nado!!!!

Transición larga por la playa y el paseo. Llegada a boxes y entre que me saco el neopreno (me costó un montón) y me pongo culotte y maillot pasan casi 5 minutos. Da igual, era necesario ir cómodo para los 120 km que se avecinaban.

La bici empieza con dos repechones fuertes que se subo a plato para no ahogarme ya nada más salir y luego eran tres vueltas a un circuito de unos 37 km que incluian una especie de puerto discontinuo de 4 subidas cortas. El resto era un circuito llano, pero duro, de aguantar un desarrollo potente para hacer una buena media.

Al final, en mi cuenta me salieron 124 km a una media de 32.4 km/h. Super satisfecho por esta media, la más alta hecha por mi hasta ahora en distancia tan larga. En la web me sale una media de 30 i algo, pero creo que habian más km que los que marca el recorrido o mi cuenta no está fino(va a ser esto). De todas maneras buen parcial de bici, pero lo mejor son las sensaciones de fuerza y de ir progresando poco a poco y de ir pasando gente en el llano con una velocidad constante, de aguantar el desarrollo e ir tirando, ir tirando....

La entrada a la ciudad de Elche es muy bonita, las calles estan cortadas y hay un carril de una avenida coneado. Al llegar al box, dejo la bici, me despojo rápido de la ropa de bici, me calzo las zapas y salgo a correr. Las piernas las llevo bastante bien y empiezo a correr tranquilo, pensando en la paliza que me queda por delante y sin pensar en la que llevo encima (los 4000 nadando y los 124 de bici). Eran 4 vueltas de 7.5 km cada una. La vuelta empezaba bajando una cuesta de unos 300 metros dividida en dos tramos. Por esa cuesta luego hay que subir, pues me voy cruzando con gente que completa vueltas y los veo sufrir en la subida. Es agónica y la gente trae una cara que da miedo.

Me intento concentrar en mis sensaciones y en correr tranquilo, acumulando poco a poco kilometros sin pensar en nada más.
Despues de la bajada hay que dar una vuelta laaaarga por el margen de una riera. No corre nada de aire y pega un sol de justicia. Hay 3 avituallamientos por vuelta, en los que me mojo, bebo sales y cojo una botella de agua para beber algun sorbo y tirarmela por encima, pues hace mucho calor.

La primera vuelta la completo a 5 el km. Voy pasando alguna gente, aunque algunos tambien me pasan a mi. La segunda ya me sale algo más lenta. La tercera ya no se que tiempo llevo. Estoy muy cansado. Corro casi por inercia. Un paso, otro, otro...Mentalizado en ir avanzando, con paciencia y fortaleza mental.

La verdad es que la mente es fundamental en esos estados. Físicamente no se puede rendir más. Las zancadas no se pueden dar más amplias ni más ràpidas, pero la cabeza puede ir ordenando que no se paren. Esa era mi obsesión, no parar, no caminar.

Son momentos y sensaciones que voy descubriendo poco a poco, a medida que hago carreras cada vez más largas. Sensaciones que mezclan sufrimiento, paciencia agónica, ganas tremendas de acabar, pero de una especie de soledad placentera difícil de explicar.

Por fin, empiezo la última vuelta, esto ya se va a acabar. Con el sol pegando fuerte paso por el primer avituallamiento...el segundo...el tercero...y la última subida. Me concentro en pasitos cortos y en no parar, en no caminar. Una vez arriba, dos rectas cortas y ya veo boxes. El speaker cantando los nombres de la gente que entra. En breve dirá el mio. La recta final. La meta.
Paso bajo el arco y me atiende una persona que me da la mano y me felicita con cara de ilusión y de entender qué se siente en ese momento. Me ponen la medalla de finisher, me dan una toalla (un chico disminuido –habian bastantes durante la carrera y lo hicieron muy bien- ) y me indican a donde ir para beber.

Voy caminando poco a poco, con las piernas hechas misto. Otra prueba superada. Otro objetivo cumplido. Otro paso más dado. Me siento en el césped y me estiro.
Estoy orgulloso de mis 8 h y 11 minutos. De la capacidad de sufrimiento y de la fortaleza mental que he tenido en esta prueba. Era mi primer C y me ha encantado. El tiempo me da igual. De los 350 inscritos creo que han acabado unos 270. Yo soy el 160 y pico.

He de reconocer que hay cierta diferencia entre un B y un C. Es subir el nivel de exigencia un par o tres de peldaños. Esto ya no lo puede hacer gente que no entrene de manera regular. O por lo menos no lo puede hacer de manera digna. Ahora bien, si yo he podido, cualquiera que quiera, puede. PERO HAY QUE QUERER!!

Después de recuperarme un poco, viaje hasta Gavá en coche, con parada para comer hamburguesas guarras. Al cabo de dos dias, ya soy plenamente consciente de la carrera hecha y orgulloso de mi papel y mi continua y lenta progresión. Ya tengo ganas de ir a Carcassonne, aunque todavía tengo que recuperarme físicamente.

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