Olímpico de BCN. El chip!

Qué ameno se hace participar en una prueba cuando tienes gente conocida a tu alrededor con quien hacer bromas y compartir tus nervios antes de la salida. Y cómo ayudan esos ánimos que salen de no se sabe donde, entre el público y que te ayudan a tirar un poco más, que tanto se agradecen.
Todas estas sensaciones no tienen nada que ver con la fría y larga espera de la bocina cuando todos los de tu alrededor son extraños.
Por más triatlones en los que participo, bueno, bien pensado tampoco llevo tantos ....y los que me quedan..., tengo comprobado que nunca se puede tener las situación totalmente controlada y son pocas las pruebas en las que todo sucede sin ningún suceso inesperado. No tiene porqué ser un desastre...o sí, todos pensamos en un pinchazo (este no me ha pasado) o en una fatídica caida en bici...(esta sí). Basta con algún altercado en el que no habíamos pensado o que nunca nos ha sucedido.
Este último fue el caso que me ocurrió este domingo en el olímpico de BCN. Si no repaso, aprieto, abro-cierro, vuelto a apretar el velcro del chip un par de veces antes de salir de boxes o antes de empezar, no me quedo tranquilo. A veces incluso me lo pongo en casa y ya no me lo quito, sobretodo para no olvidármelo. He oído varios casos en los que se perdió el chip y no se dieron ni cuenta. A veces lo he pensado, ya que hora si te pasa, estás ‘jodido’... pues estás descalificado automáticamente. Pero, nunca sucedía nada. ¿Para que ponérselo recubierto por el neopreno?, seguro que al quitármelo salta solo y con las prisas ni me entero....además, seguro que está muy arriba y no me marca a la salida del agua...Pues sí, a unos 40-50 metros de la salida, cuando todavía iba cómodamente tras los pies de Hendrik, noté un golpecito en el tobillo izquierdo y seguidamente se desprendió...noté el fresco del agua en esa zona donde estaba...fue una centésima de segundo y el mecanismo de alerta salto como un resorte!!

AHORA SI ESTOY JODIDO!!!!

Algunos miembros del Gavà Triatló en el 'jacuzzi 'de Banyoles Olimp. 2006.
Por la izq Nico, Ernest centro (510), Pedro a mi dcha. (gorro sumergido) y por delante Sergi.

Paré de mover los brazos. Qué hago? Voy a pararme pero ahora viene toda esa gente detrás!!! Y como lo voy a ver y encontrar? Tengo que intentarlo. Este planteamiento así es muy fútil, sin importancia, pero en aquel momento, fue realmente difícil. Es como querer ir contracorriente de una manada de bisontes sin saber cuando dejarán de pasar.

La cara de Oscar C. cuando me giré interrumpiéndole el paso, es una de las pocos flashes que recuerdo claramente, el resto, supongo que por no quitarme las gafas, todo muy vagamente...me dijo: Eh! Que sóc jo!. No sé si pensaba que me había confundido de persona y le iba a ‘atizar’ cabreado por algún motivo, ¡nada más lejos de mi intención!, ya que no estaba cabreado sino ciertamente ‘acongojado’. Apenas recuerdo si le pude decir algo, quizás solté un ahogado ‘chiiip’ mientras le esquivaba y nadaba hacia atrás un par de metros recibiendo golpes por todos lados. Más que’ una aguja en un pajar’, era como encontrar ‘una moneda en un jacuzzi’. Retrocedidos unos metros me dio por mirar, sin saber que hacer, si sumergirme a buscar y por lo tanto acabar linchado de una vez o esperar a que pasaran todos e intentar buscar después. Con una inmensa suerte, tengo que reconocer, que no había pensado que la banda de neopreno flota. Allí estaba, a metro y medio, entre burbujas quizás más empujada hacia arriba por mis ganas de encontrarla que por cualquier otra cosa. Como si de un billete de 500 € se tratara y sin esperar un momento a que algún brazo la volviera a sumergir, la pille y noté pinzando con los dedos que el chip no se había desprendido. Bien! Sí, pero vale, ahora, que hago con esto en la mano? Cómo voy a seguir nadando? Todavía viene gente?!! Ya lo creo!! Quizás las inspiraciones profundas antes de empezar ayudaron a tener suficiente oxigeno en el cerebro como para que me diera por pensar en metérmelo por el cuello del neopreno notándolo ahí durante toda la natación, en el hoyuelo que hace la clavícula con el cuello, a buen recaudo. Mientras nadaba me acordé como en un documental explicaba que los cocodrilos guardan dentro de la garganta los huevos de las crías, sin que se rompan cuando se desplazan por el agua.¡Vaya cosas de pensar! Supongo que el esfuerzo por recuperar el tiempo perdido bajó ese nivel de oxigeno en el cerebro y no daba para pensar mucho más. No atino a precisar cuanto tiempo perdí porque no distingo el tiempo pasado ya que aún con la sensación de haber sucedido todo superrápido, me pareció que el tiempo se hubiera congelado justo durante ese instante. Supongo que fueron 20-30 segundos aunque a mi se me hizo eterno.

Después fue todo un poco raro. No acostumbro a 'pararme' en los triatlones y aunque no soy un excelente nadador, la sensación de pasar a gente más lenta que yo fue, en parte reconfortante por rebasarles fácilmente y en parte angustiosa porque sólo tenía en la cabeza que si iban más lentos que yo era porque estaba en la cola, que todo el mundo estaba delante de mío.
Al acabar la natación Sergi me dio la referencia de Hendrik, estaba a 1’ y medio. Me sentí mejor, ya que conociendo lo bien que nada Hendrik pensé que gracias al esfuerzo había recuperado mucho. Empecé la bici a tope, pero sólo tenía a 2 ó 3 participantes por delante que a los que fui alcanzando pero en el 'horizonte' más cercano no se veía ningún grupo. Después vi a Hendrik en grupo y calculé aproximadamente me llevaba el mismo tiempo que Sergi me dijo. Casi al final del primer giro de 180º me abordó el grupo con el que permanecería hasta el final. Muy mal organizado, con mucho ‘chupón’ y con pocas intenciones de ir haciendo relevos así que después de intentar ‘motivar’ a que nos fuéramos relevando decidí pasar y solo ponerme en los primeros puestos antes de los giros peligrosos por sus tirones y cuando veía que el grupo se frenaba demasiado. De hecho cada vez me cruzaba antes con Hendrik, cosa que me hacía suponer que nos estaban sacando tiempo. En cada vuelta me cruazaba con alguien del club a quién intentaba animar, como siempre.
Después de una bicicleta bastante cómoda llegó la hora de correr y aunque he tenido días mejores no me encontré especialmente mal, pero sí tengo que reconocer que pude notar especialmente un par de ‘crisis’ como nunca me había pasado hasta ahora, así que mi ritmo no fue muy regular. Acabé con 2:06:37, mejor tiempo personal en una prueba olímpica y después de todo, muy satisfecho y dispuesto a despedir la temporada...pero.... como las velas de broma en los cumpleaños, que se niegan a apagarse, me acabo de enterar que todavía tengo la oportunidad de acabar la temporada en Sant Feliu de Guixols, ya que ha vuelto a aplazar y el 28 no tengo ningún compromiso ineludible.
Aún hay algo de guerra por dar !!!

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