Los B molan. Está claro. Creo que es una distancia en la que puedes rozar tus límites sin pasar por la agonía. A mí se me ha hecho muy duro, durísimo.

La carrera para mí empezó mal, más que mal, tarde, que se dio el silbido desde el agua y yo estaba a 200 metros en tierra y con las gafas por poner! Y es que no entiendo como partiendo de Gavà con tanto tiempo al final llegamos los últimos a la salida! Total, que debí pasar por línea de salida más de un minuto después de que la dieran, pero eso me permitió pasar a gente nadando (yo!!!) e ir tranquilo y cómodo. De hecho se me hizo cortísima.

En la transición me encuentro con Jordi Segade y Xavi Latower, todos con buena cara de momento, y me la tomo con mucha calma: guantecitos de ciclismo, banda para el sudor, calcetines… qué es un minuto más dentro de 5 horas de carrera? Pero nada más agarrar la bici me acoplo y empiezo a pasar gente a lo bestia. Tranquilo Pablo, no te quemes, que te conoces… Pero creo que iba pasando tanta gente que me animaba para seguir tirando más, y en el puertazo subo a ritmazo de escalador. Hemos estudiado el terreno y hay muuucha bajada para recuperar. Con lo que no contábamos era con un viento que convirtió las bajadas en subidas. La sensación fue de no tener ni un solo metro de verdadera recuperación, pq el viento hacía que si dejabas de pedalear bajando te quedases casi parado.

En la segunda vuelta ya había pasado a todos los compis excepto a Jordi Vilà, que se le veía como una moto y con quien mantenía diferencias (con que me saque menos de 10 minutos lo coges a pie sin problema, me decía yo). Y empiezan las sensaciones de fatiga. El circuito de bici es simplemente demoledor, y ya no paso gente, simplemente mantengo posiciones deseando que llegue “mi especialidad”.

Empieza la carrera a pie e intento imponer un ritmo mediodecente. Cuántos dolores simultáneos es capaz de identificar el cerebro? Yo creo que el mío sobrepasó el límite unificándolos todos en forma de agonía repartida por cada músculo y cada órgano de mi cuerpo. Me cruzo a Xavi que directamente estaba merendando en un avituallamiento, Jordi y Joan en su lucha personal, Toni concentrado y Amaia haciendo escapadas al lavabo, Oscar con cara de pocos amigos… a Rafa se le ve sueltísimo, sonriente, y me va cantando las diferencias con Jordi Vilà: 3:15, 3, 2:30, 2… creo que a partir de ahí dejó de cantar y se limitó a animarme al ver como los minutos empezaban a acumularse. Yo deshecho, nunca me había encontrado tan mal desde Sables. No camino por orgullo, aunque mi cuerpo me lo pida a gritos, y el “ritmo medio decente” acaba derivando en un trote cochinero en el que no levanto los pies del suelo. Ernest (del Prat, ex-gavà triatló), al que había tenido a tiro de piedra me dice “Todo está en la cabeza Pablo!”, mientras vuela hacia la meta. “Claro eso lo dices porque vas a 3:45!” Pero resulta que tiene razón, pq los últimos dos kilómetros recupero ritmo, y gracias a eso evito que el presi, que en el último giro veo que lo tengo encima, me coja en la recta final!

He aprendido bastantes cosas:

1- Que el Medio Ironman está muy desmitificado y es durísmo!
2- Que de nada sirve tener la media-maratón en 1:13 si no haces tiradas que te dejen llegar con fuerzas al final.
3- Que los entrenos para estas distancias poco tienen que ver con mis rodajes de 40minutos y mis salidas de bici de 40km a tope.
4- Que en el coco está media carrera, y siempre puedes dar más de lo que crees.
5- Que has de tener muy claro qué y cómo vas a comer y no vale improvisar.
6- Que cada carrera de LD es un reto, y el ambiente excepcional

La organización. 11 sobre 10, y no es por la emoción de haber acabado, es porque esta gente ha puesto todas las ganas, la voluntad y el cariño en su prueba. Miman al triatleta de una manera increíble, y es para mí la mejor organización que he visto de todas las competiciones en las que he participado. Es la diferencia entre “vamos a poner todas nuestras ganas en esto”, y “vamos a hacer un negocio de esto”.

Una logística impresionante, buenas carreteras 100% cerradas al tráfico, ánimos constantes, buenos avituallamientos, alfombras, organización perfecta en box (en los 2!), buenos regalos, resolviendo cualquier problema, comilona final, masajes correctos, crioterapia… y sobre todo una actitud clara de “estamos aquí por vosotros, qué necesitais?”… todo eso por cuatro duros. Sin palabras.

No os la perdáis el año que viene!

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